domingo, 24 de abril de 2011

¿Quién es ese Darwin?

Hoy me he dado cuenta que hay gente suficientemente capacitada para ir a la universidad, pero no para preguntarse porque este mundo es como es. Aunque cueste creerlo, en la universidad hay gente inteligente. Desgraciadamente en un porcentaje mínimo. Seguramente, parezca falsa modestia, pero no me considero estar en ese mínimo porcentaje que menciono. Tonto, pero muy preguntón. Considero que las preguntas más importantes son las que nos hacemos para uno mismo. Muchas no tienen respuesta, otras creemos tenerla aunque solo sean un punto de vista más. Para tener criterio es imprescindible estar informado, después de esto uno puede opinar lo que le dé la gana. Para los griegos una opinión sin argumentos era una real bazofia. A menudo la gente suele opinar sin tener ni idea de lo que habla, se está convirtiendo en un vicio más de esta sociedad. Por eso los comunistas estamos tan mal vistos.

¿A qué viene todo esto? Pues, qué uno está arto de ver tanto santo! ¿Alguien sabe quién es C. Darwin? Supongo que si se lo preguntamos a muchas de las ancianas que van siguiendo la procesión, dirán que ni idea. Otros, asiduos a la barra del bar (templo filosófico de la sociedad moderna) lo conocerán por la botella de anís del mono. Está demostrado científicamente (sin eslabones perdidos) que el hombre, o el espécimen homo sapiens, es una evolución de un chimpancé de la áfrica central. Físicos de todo el mundo investigan el origen del universo y aunque las teorías demuestran que nadamos aun en el desconocimiento, el origen del planeta en el que vivimos está más que contrastado.

La evolución nos dio la inteligencia. La inteligencia nos hizo temerosos a la muerte y ese miedo inconsolable nos hizo buscar soluciones. La religión es una de ellas y se dio hace muchos años en todos los recodos del planeta. Podemos pensar o tener fe en lo que cada uno desee, pero la ciencia ha demostrado hechos. ¿Que ha demostrado la iglesia católica? Gracias a dios (nunca mejor dicho) la iglesia católica no tiene el poder que tenia antaño, sino más de uno ardería en la hoguera para ir más tarde al infierno. Le doy gracias a dios por haber traído a este mundo a herejes como Nietzsche, el cual hace abrir los ojos a los más escépticos. A Nietzsche le pierden las formas, la ironía quizás excesiva y su antisemitismo pero tuvo lo que hay que tener para decir algo que muchos creían: - ¿Sagradas escrituras? Patrañas! (parafraseando todo lo que he entendido de “El Anticristo”). Gracias a dios vino a este mundo Darwin. Él era cristiano, pero cuando murió su hija no encontró consuelo en la religión puesto que creía ciegamente en lo que acaba de descubrir. Como él, yo no busco ningún consuelo. Prefiero vivir desconsolado en la cruda realidad que feliz en la ignorancia.

Lo que me fastidia es que haya gente que le dé más crédito a un libro escrito hace unos 2000 años, que a unas investigaciones que se fundamentan en pruebas. La biblia, un libro que nos ha dado muchas cosas buenas, todo hay que decirlo. De la moral cristiana hay grandes virtudes y grandes defectos que han hecho de la humanidad algo curioso. No quiero hacer de mi claro ateísmo un ataque a las religiones, lo único que pretendo hacer es motivar a la gente a acceder al conocimiento riguroso que nos da la ciencia. No olvidéis que la ciencia es esa “cosa” que hace volar a los aviones, correr a los coches, que fabrica cosas, que cura a gente, que provoca guerras…

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